Este mes vamos a hablar de una disfunción del suelo pélvico que puede alterar tu bienestar físico y emocional y puede darse tras una cirugía, un parto, una caída o simplemente por estrés mantenido. Se trata del síndrome miofascial del periné.

¿Qué es el síndrome miofascial del periné?

El síndrome miofascial es una disfunción musculoesquelética caracterizada por la presencia de puntos gatillo miofasciales (PGM): zonas hiperirritables dentro de bandas tensas del músculo que provocan dolor local y referido. Cuando esta condición afecta a la musculatura del periné —incluyendo el elevador del ano, obturador interno, transverso superficial, coccígeo y esfínteres— puede generar un dolor pélvico crónico altamente incapacitante, que puede impedirte desde sentarte a mantener relaciones sexuales sin dolor.

Síntomas más frecuentes del dolor miofascial perineal

  • Dolor profundo y persistente: se suele localizar en la región perineal, pero puede irradiar hacia el abdomen bajo, glúteos, sacro, muslos, genitales, zona anal o incluso la parte baja de la espalda. Es un dolor sordo, punzante, a veces descrito como presión, ardor, pinchazos o sensación de cuerpo extraño en la zona pélvica. Los puntos gatillos pueden provocar dolor en áreas alejadas del punto de origen, siguiendo patrones específicos según el músculo afectado.
  • Molestias al estar sentado o al realizar actividades cotidianas: El dolor puede aumentar al sentarse, al caminar, al hacer ejercicio, al mantener relaciones sexuales (dispareunia en mujeres, dolor en la eyaculación en hombres) o incluso al realizar esfuerzos como toser o defecar. En casos graves, puede dificultar actividades básicas como trabajar, conducir o practicar deporte.
  • Alteraciones urinarias y digestivas: Incontinencia de Urgencia, aumento de frecuencia, dolor al orinar, sensación de vaciado incompleto, chorro débil o interrumpido, sin causa orgánica aparente. También puede causar estreñimiento, dolor al evacuar, tenesmo rectal (sensación de evacuación incompleta), molestias anales o sensación de presión en el recto.
  • Disfunción sexual: Dolor durante o después de las relaciones sexuales, disminución del deseo sexual, dificultad para alcanzar el orgasmo, dolor en la eyaculación (en hombres) o dispareunia (en mujeres). En hombres, puede asociarse a disfunción eréctil o dolor en la punta del pene.
  • Síntomas musculares y sensitivos: Palpación de nódulos dolorosos (puntos gatillo) en los músculos del periné, glúteos, abdomen o muslos, hipertonía muscular y espasmos musculares.
  • Síntomas generales y psicológicos: Alteraciones del sueño, fatiga y malestar general, ansiedad y depresión.
  • Otros síntomas asociados : Sensación de edema o inflamación local, Sensibilidad aumentada, posturas antiálgicas.

 Cuáles son las causas del dolor pélvico miofascial

El origen suele ser multifactorial:

  • Traumatismos directos: Golpes, caídas, cirugías pélvicas, partos vaginales (especialmente con episiotomía o desgarros) pueden dañar los tejidos y desencadenar el síndrome,
  • Posturas antiálgicas mantenidas (como sentarse ladeado) puede provocar sobrecarga y contractura muscular en el periné y zonas adyacentes. A su vez, diferencias en la longitud de las piernas o alteraciones en la columna pueden modificar la biomecánica y generar tensión en el suelo pélvico.
  • Estrés crónico y tensión emocional pueden aumentar la tensión muscular de forma involuntaria, favoreciendo la aparición de puntos gatillo y perpetuando el dolor
  • Disfunciones viscerales o ginecológicas como cistitis, uretritis, prostatitis, endometriosis, colon irritable, vulvodinia, coccigodinia, entre otras, pueden desencadenar o agravar el dolor miofascial del periné.
  • Cicatrices abdominales o genitales: Las cicatrices pueden alterar la función muscular y la movilidad de los tejidos, favoreciendo la formación de puntos gatillo.
  • Factores nutricionales y hormonales: Deficiencias de vitaminas, alteraciones hormonales o problemas metabólicos pueden influir en la contracción muscular y predisponer a la aparición de dolor miofascial.
  • Sobrecarga muscular por deporte o actividad física intensa: Los músculos sometidos a sobrecarga, microtraumatismos o estrés desarrollan bandas tensas con puntos hiperirritables (puntos gatillo). Estos puntos pueden activarse por presión, movimiento o estrés, generando dolor local y referido.

Abordaje fisioterapéutico especializado en disfunción miofascial del periné

El tratamiento del síndrome miofascial del periné requiere un enfoque integral y personalizado. En nuestra clínica, aplicamos técnicas basadas en la evidencia científica y según las necesidades del paciente:

  • Liberación miofascial: es una técnica manual que busca eliminar restricciones y tensiones en la fascia, el tejido conectivo que envuelve músculos y órganos. El fisioterapeuta aplica presiones suaves, sostenidas y lentas sobre la zona perineal y áreas adyacentes, siguiendo las restricciones del tejido hasta que ceden.
  • Punción seca: Es una de las técnicas más eficaces y utilizadas. Consiste en la inserción de agujas finas (similares a las de acupuntura) directamente en los puntos gatillo para desactivarlos. Puede ser superficial o profunda, y suele combinarse con otras técnicas manuales.
  • Biofeedback y reeducación postural: Entrenamiento de la musculatura perineal mediante dispositivos de retroalimentación para mejorar el control motor.
  • Ejercicio terapéutico: Estiramientos, fortalecimiento y técnicas de respiración personalizados para recuperar la fuerza, resistencia y coordinación de la musculatura perineal y prevenir recaídas.
  • Radiofrecuencia: Utiliza energía electromagnética para mejorar la vascularización y el metabolismo local.
  • Terapias complementarias: Uso de calor, masaje perineal o electroterapia según el perfil del paciente.

Por qué es importante tratar el trastorno miofascial perineal

El dolor miofascial del periné no solo afecta la calidad de vida, sino que puede perpetuarse si no se aborda correctamente. Un tratamiento fisioterapéutico adecuado puede:

  • Reducir el dolor de forma significativa.
  • Mejorar la función sexual, urinaria y digestiva.
  • Disminuir la ansiedad y mejorar el sueño.
  • Recuperar la autonomía y bienestar del paciente.

¿Quién debe acudir a consulta?

Este síndrome afecta tanto a hombres como a mujeres, y suele pasar desapercibido en diagnósticos convencionales. Si presentas dolor pélvico sin causa clara, molestias al sentarte o síntomas persistentes, es momento de consultar con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.

Directora y Fisioterapeuta en BSP FISIO

Fisioterapeuta colegiada nº 1920
• Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Málaga.
• Experta en Terapia miofascial
• Especialista en terapia manual ortopédica
• Especialista en Fisioterapia uroginecológica.